Chile dentro y fuera intenta presentar simultáneamente dos reflejos, resultado del mismo proceso de intercambios. Primero, cómo ven la práctica de la arquitectura chilena los extranjeros que nos visitan, cada día más numerosos y frecuentes; en segundo lugar -y a la inversa- cuáles son los referentes y ambientes de la producción arquitectónica internacional que actualmente interesan a los profesionales y académicos chilenos.
Algunas afinidades y circunstancias en este plano ya son reconocidas, como la cercanía climática y tecnológica entre Chile y Portugal, los vínculos crecientes con el mundo académico norteamericano o la realización periódica de las Travesías de la Universidad Católica de Valparaíso.
Los artículos y obras presentados en ARQ 64 indican también otras orientaciones y sesgos que, a pesar de ser todavía incipientes, podrían consolidarse en el corto plazo como corrientes relevantes para el desarrollo de la arquitectura en Chile.
Desde esta perspectiva, el aporte de los que alguna vez fueron estudiantes extranjeros -Maestrello, Mondragón, Valdivia, Benítez o Gómez-, la aparición del Asia Pacífico como plataforma de proyectos y encargos -en el caso de Undurraga y Allard-, la frecuente práctica conjunta de cooperación entre estudios chilenos y argentinos -como el nuevo Centro de Justicia en Santiago o la casa-tienda en Buenos Aires- o un vínculo creciente con realidades montañosas como la austriaca abren otros horizontes para una disciplina que debe comprometerse con un mundo abierto, cambiante y en crecimiento (extracto editorial).