La opinión pública usualmente se involucra en la construcción de una nueva carretera, un túnel, otro acceso a la ciudad o un aeropuerto más grande. La infraestructura, apuntalada desde la ingeniería por estudios precisos, cifras y gráficos, es un tema de interés para los ciudadanos y los medios, que no ponen en duda la relación (no siempre bien calibrada) entre infraestructura y calidad de vida.
En el contexto de un campo de trabajo multidisciplinario cada vez más ineludible, el aporte de los arquitectos al problema de la infraestructura aparece aún como figura difusa. Sólo la pertinencia de intervenciones elocuentes puede despejar el valor que la arquitectura agrega a estas construcciones, originadas como respuestas exactas a problemas concretos.
En esta revista hay una aproximación al tema de la infraestructura desde sus bordes, en los que sí hay arquitectos que han realizado obras de calidad y al servicio del paisaje urbano, tan ajeno a la mayoría de las intervenciones de infraestructura actuales. Esta edición de ARQ presenta instalaciones para la movilidad y el desplazamiento “Proyectos Corporativos, Murtinho y asociados’’, bodegas y naves industriales -Hurtado, Alonso, Rosenberg, Carreño, Sartori- y planeamiento urbano para nuevas ciudades en China -Arup-.
Se ha preferido señalar con el dedo, no las manchas que afean la alfombra urbana (recordando un dicho árabe), sino algunos de sus detalles dignos de elogio (extracto editorial).