Santiago no siempre fue como la conocemos hoy: la ciudad de los viajeros que dedican parte importante de su jornada, e incluso de su vida, a desplazarse hacia sus lugares de trabajo, educación o consumo. Conductores, pasajeros, peatones nos lleva al Santiago de inicios del siglo XX, donde la llegada de vehículos motorizados causará grandes cambios en diversas escalas: desde la reformulación de leyes del tránsito, hasta intentos por normar la conducta de peatones; desde la percepción pública del conductor o conductora, hasta la experiencia del viajero del transporte público; desde la oferta de paseos, hasta la mediatización del accidente de tránsito. En una investigación que hace rico uso de material visual y relatos de época, Tomás Errázuriz se adentra en la ciudad y sociedad que vio nacer el sistema de tránsito moderno, explorando cómo, a lo largo del siglo XX, se consolidarán los roles de tres de sus protagonistas: conductores, pasajeros y peatones.