La forma es una consecuencia y no una meta. Eso es lo que piensa Martín Hurtado cuando se enfrenta a una obra de arquitectura: que se debe buscar una estructura profunda, un orden interno a partir del cual el proyecto fluye hasta encontrar «qué» y «de qué» debe ser el edificio que se está haciendo. En escalas diversas, las cinco obras que comprenden esta publicación reflejan esa mirada.
También sintetizan sus otras preocupaciones: la relación entre una forma -que debe ser rotunda- y el paisaje que la rodea; la sensibilidad frente a los costos en la elección de los materiales; la reducción hasta lo esencial; el equilibrio entre la producción industrial y la artesanal. Como en los anteriores volúmenes de la Serie Obras de Ediciones ARQ, se muestra aquí en profundidad un conjunto acotado, pero particularmente relevante, de la producción reciente de un arquitecto destacado, prestando particular atención a los aspectos técnicos e intentando hacer explícita la cualidad constructiva y arquitectónica que la caracteriza.