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Denostadas en gran parte del mundo como símbolo de pobreza o de atraso cultural, desde inicios de la década de 1970 las construcciones de tierra han empezado a considerarse un valioso patrimonio cultural a ser rescatado y conservado. Para eso fue necesario un gran cambio de paradigma que comprendiera que el patrimonio cultural y arquitectónico no es sólo aquel conformado por grandes edificios monumentales, símbolos de estatus y poder, sino también por los pequeños conjuntos de vivienda, urbanos y rurales, erigidos por constructores anónimos que dotaron de identidad los territorios locales de todo el globo y que, frente a la homogeneización cultural promovida por la arquitectura del siglo xx y los materiales industrializados, tienen aún mucho que aportar.
En Chile, el incipiente proceso de reconocimiento de los valores culturales de este patrimonio construido, junto a los daños que ha sufrido a causa de los terremotos, ha aumentado el interés por preservar las construcciones de tierra en los distintos territorios, pues se ha comprendido que, junto a su desaparición, se ha perdido buena parte de la identidad y de la historia local de muchos lugares. Aun así, gran parte de este patrimonio sigue siendo anónimo, estigmatizado y objeto de muchos mitos acerca de su comportamiento estructural.
Este libro pretende contribuir a esa puesta en valor del patrimonio en tierra. A través de cinco capítulos que rescatan su historia, las distintas técnicas de tierra y culturas constructivas, da cuenta de los daños causados por los terremotos –develando sus verdaderas causas– y culmina destacando la importancia de las personas, gracias a las cuales el oficio de construir con tierra aún se mantiene vivo.