Debo una explicación –si bien breve–, sobre la presentación de estos dos ensayos en un libro porque no da lo mismo que sean tres o cuatro escritos de esta especie sino dos, que de inmediato remiten a pares contradictorios o dialécticos: esto me permite exponer dos dimensiones del problema proyectual (si se acepta que es un problema, y si se acepta el neologismo del término proyectual). No obstante, para no desviar la atención sobre el asunto que me ocupa, estos términos tendrán carácter axiomático. Así, retomando, creo que el tema del problema proyectual interesa porque presenta dos aspectos aparentemente polares: una dimensión creativa y otra racional, entendiendo a esta última como una operación sistemática y secuencial; y a la primera, a-sistemática y a-secuencial es decir, simplemente opuestas. No se pretende negar la racionalidad de los actos creativos ni la creatividad de los actos racionales, sólo distinguir la forma de instalarse en el mundo.
Por esta razón, un ensayo se denomina Cara y el otro Sello. Este detalle quizás eche todo a perder debido el necesario equilibrio que me propongo, porque casi seguro la lectura se iniciará con el ensayo titulado Cara y no con Sello, aunque con frecuencia se confirma la sospecha de Lewis Carroll: «Conozco alguna gente que hace el ejercicio de partir leyendo el Volumen III, sólo para ver como termina la historia; y tal vez sea también para cerciorarse de que todo termina felizmente». A esto apuesto, pese a que el asunto no termine felizmente debido a la aparente ausencia de una tercera parte, porque dos no significan si no existiera esta explicación que pretende reemplazarla, y no por casualidad Carroll menciona al Volumen III, que construye la totalidad reflexiva, como decía un amigo filósofo, recordándome a Hegel.
Sin embargo, como ambas dimensiones participan de los menesteres del pensar o imaginar la arquitectura, veremos cómo se cruzan, cómo conviven, pero también cómo no deben mezclarse y cuáles son sus vidas privadas y paralelas.