Centrando su investigación en temas como los medios de comunicación, las exposiciones, la contracultura, los derechos humanos, las instituciones o la política –y sus vínculos con la arquitectura–, Scott nos invita a redescubrir episodios olvidados o a entender otros eventos más conocidos desde un ángulo distinto. Su libro Architecture or Techno-Utopia: Politics after modernism, por ejemplo, profundiza en un momento clave en la historia de la arquitectura: el período comprendido entre los años sesenta y setenta –“la segunda era de la máquina”– cuando muchos arquitectos experimentaban con nuevas tecnologías para abrir caminos alternativos para la arquitectura. A mediados de los setenta, sin embargo, esas búsquedas fueron frenadas por una cultura conservadora más inclinada a ejercicios disciplinarios (llámese formales) que ejerció, como nos dice Scott, una especie de “llamada al orden” que terminó allanando el camino para la arquitectura posmoderna. Así, podemos ver que lo que subyace en las investigaciones de Scott es la búsqueda de alternativas al discurso hegemónico de la arquitectura, ya sea presentando algunos aspectos aún no investigados o bien releyendo a fondo sus temas más comunes.
Por ejemplo “¿Qué salió mal?” –el texto que aquí presentamos– profundiza el famoso caso del edificio Seagram de Mies van der Rohe en Nueva York. Lejos del elogio fácil, sin embargo, Scott escarba en los archivos para desenterrar visiones menos conocidas de este edificio. Al mostrar la evidencia de una forma abrumadora (y cosiéndola en un orden cuidadosamente elaborado), Felicity Scott logra hacernos ver este caso con otros ojos al punto que, después de leer el texto, ya no sabemos si este edificio debe ser entendido como un icono de la modernidad o como un ejemplo temprano de posmodernismo.