El cine y la fotografía nos han acompañado durante todo el siglo XX. El Movimiento Moderno con sus variantes, derivados y contrapropuestas, también. Es difícil pensar que los dos primeros no hayan intercambiado con la arquitectura sus inéditas maneras de mirar.
No hay en este número conclusiones, pronósticos, ni visiones generales. Sí, hay una mirada a obras de calidad, a un mundo arquitectónico cuya materia es otra que la que habitualmente publicamos y que puede ser, cada vez con mayor intensidad, uno de los medios predilectos de la arquitectura.