Chile, como cualquier país lejano a Europa, es propicio para alentar en los europeos (y no tanto en los norteamericanos), esa ensoñación de pensar en lugares ajenos a los asuntos de su contemporaneidad que les proporciona tanto comodidades como también problemas y amenazas. Entonces descubren en nosotros «la medida del hombre en la naturaleza», «arquitecturas primarias», «la nitidez y la libertad de las arquitecturas genuinas que nos seducen». Eligen obras pequeñas y rurales. Ninguna obra urbana. Es aún una mirada que recuerda a sus cartografías del siglo XVII sobre estas tierras incógnitas y a medio descubrir.
Lo cierto es que estamos en territorios casi deshabitados pero con una población urbana, en Chile, de un 87%. Las grandes aglomeraciones urbanas no están en Europa sino en nuestros países: en Santiago está concentrado un tercio de la población total de Chile. Pero esas obras de arquitectura urbana que pudieran competir con las suyas, no les interesan. Pero sí las obras rurales, delicadas, efímeras quizás, les despiertan un cierto paternalismo.
Este número pareciera querer darles la razón a los europeos en cuanto a ruralidad.
La selección coincide en varios de los casos con obras de poca o ninguna filiación formal reconocida. Y esto como una comprobación “casi a posteriori’’ de la decisión al elegir los arquitectos y sus obras. Y el hecho de este inclasificable conjunto nos pareció lo más interesante. El que varios de los arquitectos parecieran recurrir a sus propias experiencias y observaciones, creemos, es una muestra de madurez que parecemos estar adquiriendo en este sur. Pero no necesariamente derivada de su naturaleza.
Si bien es cierto que esta «geografía viva y desmesurada» y no «el mundo parcelado y recortado» de los europeos está presente, es sólo el invento de estos arquitectos que hace que esa naturaleza imite a la arquitectura, y no al revés, como dijo Wilde del arte. Es la arquitectura que nos cualifica esa naturaleza y así la podemos ver, desde nuestros inventos, igual como ocurre en cualquier parte.